El primer apropósito de la democracia se estrenó hace 25 años, en el carnaval de 1984 y por expreso encargo del alcalde Paco Vázquez a Antón de Santiago, quien el año anterior había ganado un concurso de textos apropositeros con una recordada obra alusiva al traslado de la capitalidad gallega a Santiago: 1987. Re-cortes del Faraón.
1992. La leyenda del huevo.
1996. Xa che dixen bifor que non te asomaras a la juindous 95.
1997. Entre cheiros e fragancia ou por qué non ven a xunta a min.
1999. Eleccions e xacobeo, ano de moito meneo.
2002. Pacherlino, servitore de due padroni.
2005. Ele que Ele.
2008. Hércules agarrado ao botellón, ou a vida en Second Life.
La obra de este año -la número 20 de este autor- subirá al escenario del Teatro Rosalía los días 23 y 24, lunes y martes de Carnaval, con el título "Antroido for President. Mitin hoxe no Rosalía" y, con tal motivo, la Compañía de Apropósitos Nito ha "fichado" al incombustible Paco Vázquez (ex alcalde y presidente vitalicio de Marineda Ciudad-Estado, y actual ambasciatore en el Vaticano) para dirigir el master Antroido for president. Según la información que hemos obtenido, serán de la partida viejos conocidos como Paco Vázquez (Leo Toral), Benedicto XVI ( Modesto Gómez), Isobara Milibar-chica del tiempo (María Brandariz), y el mismísimo Apropósito (David Zubia), quien será el encargado de pasearnos por un singular Pobródromo para Millonarios y de presentar la galería de antroidos locales, autonómicos, nacionales e incluso algunos internacionales (porque, como se sabe, antroidos es lo que sobra en todas partes).
Ya anticipamos que en el Carnaval de este año abundarán en las rúas y escenarios de A Coruña las alusiones a la crisis económica y a las elecciones comunitarias, las infaltables recomendaciones para G.W. Bush y también los reproches a nuestros políticos de turno, sombras todas estas que procuraremos despejar como verdaderos coruñeses de ley: con risas en el teatro, con baile en las calles y con orellas y filloas entre amigos. Porque después de todo, la risa se oye más lejos que el llanto. ¡Ala, entonces, a pasarla bien!

Gradiva lo dejó al pasar.
















